Escritura

Hasta siempre, 2022

Siempre que termina un año y miro hacia atrás, me parece que los momentos malos ahogan a los buenos. Que si yo misma me dejara, lo mediría todo en pérdidas. Que nada sería nunca lo suficiente.

Pero si de algo me ha servido este 2022, es para darme cuenta de las cosas que funcionan y las que no. A nivel personal, ha sido un año duro. La ansiedad ha escalado sobre el resto de mis emociones y se ha colocado en el punto más alto. Por no escucharla durante meses, apenas podía hacer otra cosa que no fuera volver del trabajo a casa. Salir a la calle me producía angustia. Estar con gente, vértigo. Vivir me aterrorizaba muchísimo. Pero estoy aquí. Quiero seguir aquí. Así que busqué ayuda y empecé a escuchar a esa parte de mí que siempre he silenciado y bueno, nos estamos conociendo todavía, pero creo que nos llevaremos bien.

A nivel literario, sigo sin creerme todas las cosas buenas que han venido, que vendrán. Siempre me faltarán palabras para agradecer todo el apoyo que me dais por redes, con vuestras reseñas, durante las firmas. En la Feria del Libro de Madrid agotasteis todos los ejemplares de Aquel y otros veranos, y os juro que no me lo creía. Porque siempre pienso en pequeño. Pero ese contraste repentino… es una sensación maravillosa.

Y sé que a veces esforzarse por algo no implica conseguir ese algo, pero este año he puesto todo de mí para volver a disfrutar de la escritura, y ahora por fin lo noto. Ese aleteo en el pecho cuando encuentras la palabra correcta. El tirón en el estómago cuando piensas en la escena que escribirás al llegar a casa. La felicidad de ser tú y solo tú cuando escribes. Sin presión, expectativas o miedo. Sigo viviendo en una montaña rusa a veces, pero ahora entiendo que caer no es lo mismo que rendirse, que la inspiración solo se encuentra si se busca. Termino el año con una novela entregada, otra en proceso y una historia que de momento solo me pertenece a mí.

¿Ha sido un buen año, entonces? Creo que sí. He leído. Me han leído. He querido. Me han querido bien. Soy lo que tengo, y tengo todo lo que necesito. Así que al 2023 le voy a pedir más oportunidades de seguir disfrutando con lo que hago y un poquito más de calma. El resto, lo iremos construyendo entre todos.

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